lunes, 29 de diciembre de 2008

Palabras















A Rubén Gil, in memorian
26 XII 2008

Y a quién decirle entonces
aquí está haciendo frío,
hasta más rato,
no puedo irme pues
de donde vine,
la soledad le puede entrar
por el costado.

A quién decirle en serio
comprometiendo el hueso diminuto,
la precisión del aire,
los mandatos,
vamos al mar de nuevo,
a lo profundo,
a esa luz de allá
por los suburbios.


Cómo saber entonces
sin miedo a enloquecer
de tan lejos,
cuándo podremos mirarnos a los ojos,
sonreírnos un rato
y discurrir todo un tiempo
de tema tan profanos
como el viento,
el viento acariciando
los azules de esos campos.


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